Esta fábrica de camisas se encuentra cerca de Nápoles, en la ladera del Vesubio; Pompeya está literalmente tras la colina vecina. Su fundadora, Maria Santagelo, aprendió el oficio de su madre y en 1953 abrió su propia pequeña producción. Aunque hoy es una fábrica pequeña, aunque auténtica, se basa en las antiguas técnicas de las costureras napolitanas. Como muchas otras fábricas, la empresa solía producir camisas para clientes externos, pero en los últimos años se ha centrado en desarrollar su propia marca y ahora es conocida en todo el mundo.

Maria Santangelo ha hecho descubrimientos únicos. En la mayoría de las camisas, la unión de la manga con la espalda y los hombros forma una cruz, lo que puede ser un punto vulnerable debido a la tensión de la tela. La maestra costurera Maria Santangelo desplaza la costura de la manga ligeramente hacia un lado. De esta manera, la camisa no se desencaja del pantalón al levantar el brazo y la zona de máxima tensión queda protegida de desgarros.

Cada temporada, la marca encarga 1.000 muestras de tejidos de nuevas colecciones y unas 3.000 más figuran en sus catálogos permanentes.